Cada rezo, invocación o pedido en si, no es mas que una cesión de nuestro poder a una entidad desconocida, mágica, a un ser o entidad que solo existe en los relatos de algún libro escrito por algún humano que se autoproclamo en su momento como "el elegido". Cuando descubrimos que estas entidades receptoras de rezos y pedidos no son mas que parásitos en busca de la energía emocional que genera el ser humano, después de entender esto, algo dentro nuestro se rompe, y ya no seremos el mismo o la misma antes.
A partir de ese momento comenzamos el proceso de desparasitación, sacando cada una de las capas de interferencia que fuimos adquiriendo vida tras vida a través de nuestra gran confusión interna y a esa necesidad de depender de algo milagroso externo. Ese es el momento en el que entendemos que estamos solos con nosotros mismos, quizás ese sea el día mas triste de nuestra vida, un día en el que entendemos de que allá afuera, no hay seres mágicos que nos van a venir a salvar y empezamos a entender de que la salvación debe estar a cargo de nosotros mismos.
Este proceso de cambio, limpieza y liberación nos llevara el resto de nuestra existencia, y que a medida que pasa el tiempo nos hará mas fuertes y mas confiados en nosotros mismos, y en nuestra energía, tan codiciada por los supuestos dioses.

En el proceso de hipnosis, sacas todos los seres y energías que convivían con vos desde tu primera entrada al planeta.
Pero después de sacar a todos los demonios, te quedas vos y tu luz.. y estas dispuesto a hacerte cargo???
Por que siempre fueron estas energías las que tenían el control y ahora tenes que hacerte cargo de vos mismo..... y te puedo asegurar que eso si requiere de un cambio importante de actitud, requiere de un nuevo punto de partida en tu evolución espiritual.. en donde vos y tu luz deben comenzar a tomar las decisiones...a partir de ahora... y a muchos les cuesta aceptar este cambio.....seria algo así como "la pastilla roja" o "la azul"...cual elegís? 

La mente del predador es barroca, contradictoria, mórbida, llena de miedo a ser descubierta en cualquier momento, decía Carlos Castañeda.
Yo le agregaría lo siguiente:
El ruido mental es el camuflaje preferido por el predador, en ese ruido, puede introducirse suavemente y comenzar a susurrar deseos, ideas, y emociones que no te pertenecen. Forman parte de la interferencia foránea, por eso, la meditación, busca calmar la mente, hacer silencio, por que en esa calma, o en ese silencio se forma una barrera vibratoria que le dificulta la entrada al parasito astral. Practicar a diario unos minutos de silencio mental, significa un gran ahorro de energía que se irradia en una mente desordenada y caótica. Este silencio calma el sistema nervioso y todos los subsistemas dependientes de el. La búsqueda de espacios de silencio internos, se tiene que volver una practica habitual, para quienes quieran ganar la batalla mas difícil, la batalla contra la mente foránea

Muchas personas me preguntan por que el arconte no se va definitivamente, por que siguen sintiendo los ataques del parasito y eso les genera miedo..... y yo les respondo como respondía don Juan a Carlos Castañeda..

Cuando despiertas, algo dentro tuyo se a roto" y el depredador lo sabe... a partir de ese momento el depredador se va a ir pero va a volver, pero cada vez que vuelve lo hace con menos fuerza, siempre y cuando nos mantengamos firmes en este camino. El predador va a tratar por todos los medios de asustarnos, inducir miedo, va a tratar de que volvamos a nuestro estado energético anterior al que teníamos antes de despertar. Pero con acecho emocional y con silencio interno nos hacemos inaccesible al parasito.
Requiere practica, convicción y voluntad de querer salir del campo energético del predador

Cuando las personas despiertan y se encuentran con esta información, de que el humano "es una creación" realizada para ser "alimento" de seres que habitan otra capa dimensional, las reacciones emocionales pegan fuente en lo mas profundo de nuestro ser, por que allí, en esa profundidad, todos sabemos que es verdad, y como reacción sentimos que se nos retuercen las vísceras y reaccionamos emocionalmente de distintas formas, con violencia, con desesperación, algunos quedan abatidos por un tiempo, deprimidos, desilusionados, con ira, otros rechazan por completo esta información, aparece el miedo a dios, el miedo al castigo divino, el miedo a sufrir la ira de dios, en ese momento, es el parasito interno el que nos empuja a rechazar esta información, por que en el fondo, todas estas reacciones son las reacciones del parasito, que queda profundamente "herido" por el impacto mental que se provoca dentro nuestro, es un "quiebre de conciencia"...Algo dentro nuestro se ha roto para siempre, y el parasito lo sabe.

El despertar

En algún momento de tu vida comienzas a hacer una búsqueda impulsada desde tu interior. Una búsqueda de algo, que no puedes definir con claridad pero que en algún momento aparece a través de una lectura, de un video, de una imagen. Esa información de alguna manera desencadena una serie de acontecimientos internos que le dan forma a esa búsqueda, y a la vez destruye otro grupo de viejas estructuras mentales que dejan de tener sentido.

Muchas almas ingresan a este sistema por curiosidad, otras por dependencias y apegos emocionales, y otras por que vienen de sistemas peores que este. Una vez dentro del sistema, la matrix se va a encargar de generar dependencias para que sigamos reingresando nuevamente una y otra vez, a lo que los indues llaman la "rueda del samsara" , que no es mas que el reingreso reiterado a este plano, en busca de una nueva experiencia de vida, engañado por creencias, manipulación y reiterados borrados de memorias entre vidas. Una vez dentro del sistema, el alma, queda identificada con el cuerpo físico y pierde su conexión con sus cuerpos mas sutiles, y mientras mas vidas tengamos, mas se debilita esa conexión. Pero llega un día que algo dentro tuyo romperá ese estado de adormecimiento y a partir de allí comenzaras el proceso inverso de salida, un proceso que te llevara a "ser" lo que realmente eres

 Eduardo Coletto