jueves, junio 14, 2012

el5antuario: Razón de Ser

el5antuario: Razón de Ser: El5antuario se recrea como medio informativo emergente el 16 de enero de 2011 como contrapeso a la descarada e inmoral censura autoimpue...

martes, marzo 27, 2012

Mandalas


Estos consejos proceden de: rutasdelalma.com
Si nosotros queremos construir un mandala, debemos tener en cuenta su esquema básico: Un círculo y cuatro puntos cardinales.
Obviamente esta no es una regla estricta que no se pueda romper, también puede ser que en lugar de que su base sea un círculo puede ser un triángulo, un cuadrado, o un octágono.
A partir de ahí podemos diseñar nuestro mandala y esto ¡es cuestión de creatividad! puedes decorarlo con imágenes místicas como el símbolo del ying-yang, una cruz, la estrella de David, lunas, estrellas, el sol, flores, aves, paisajes, nubes, figuras geométricas... en fin, busca los diseños que te proyecten paz y tranquilidad.
Como pintarlos
Busca un lugar tranquilo, y observa detenidamente tu mandala, concéntrate en el, si después de observarlo por un largo rato notas que se mueve ¡es la energía que está en movimiento!.
Es conveniente empezar a pintarlo de afuera hacia adentro, esto nos representa el autoconocimiento de lo externo hacia nuestro centro, hacia nuestro interior.
Decide la dirección en vas a pintarlo y trata de mantenerla.
Al elegir los colores puedes hacerlo de manera intuitiva ¡no importa que no combinen los colores entre si! de esta manera podrá descifrar tu estado de ánimo. También podrás hacerlo eligiendo los colores y trata de cambiar tu estado de ánimo de ésta manera.
Tal vez te de sueño en el proceso, si estabas tenso, el mandala está cumpliendo con la relajación, es normal, en este caso es preferible dejarlo ¡y disponte a dormir!.
Si no terminaste el mandala en ese momento, déjalo así, la próxima vez que quieras pintar uno, elige uno nuevo, con colores que vayan más acorde con tu estado de ánimo en ese momento.
Si quieres que el mandala te guíe para el auto-conocimiento, no pienses en formas ni colores, deja que solo te vaya guiando, haciendo lo que en ese momento de manera intuitiva te nazca.

Las formas y sus significados
Los mandalas no son simples dibujos de colores. Todos los elementos que en ellos se integran tienen un significado. Conoce algunos de los más utilizados:
Círculo: movimiento. Lo absoluto. El verdadero yo.
Corazón: sol. Amor. Felicidad. Alegría. Sentimiento de unión.
Cruz: unión del cielo y la tierra. Vida y muerte. Lo consciente y lo inconsciente.
Cuadrado: procesos de la naturaleza. Estabilidad. Equilibrio.
Estrella: símbolo de lo espiritual. Libertad. Elevación.
Espiral: vitalidad. Energías curativas. Búsqueda constante de la totalidad.
Hexágono: unión de los contrarios.
Laberinto: implica la búsqueda del propio centro.
Mariposa: autorenovación del alma. Transformación y muerte.
Pentágono: silueta del cuerpo humano. Tierra, agua, fuego.
Rectángulo: estabilidad. Rendimiento del intelecto. La vida terrenal.
Triángulo: agua, inconsciente (hacia abajo); vitalidad, transformación (hacia arriba); agresión hacia uno mismo (hacia el centro)

¿Qué quieren decir los colores?
El uso de los colores en los mandalas también tiene un significado especial. Su uso está relacionado con el estado de ánimo de quien los pinta o dibuja. Descubre lo que esconde cada tonalidad:
Blanco: nada, pureza, iluminación, perfección.
Negro: muerte, limitación personal, misterio, renacimiento, ignorancia.
Gris: neutralidad, sabiduría, renovación.
Rojo: masculino, sensualidad, amor, arraigamiento, pasión.
Azul: tranquilidad, paz, felicidad, satisfacción, alegría.
Amarillo: sol, luz, jovialidad, simpatía, receptividad.
Naranja: energía, dinamismo, ambición, ternura, valor.
Rosa: aspectos femeninos e infantiles, dulzura, altruismo.
Morado: amor al prójimo, idealismo y sabiduría.
Verde: naturaleza, equilibrio, crecimiento, esperanza.
Violeta: música, magia, espiritualidad, transformación, inspiración.
Oro: sabiduría, claridad, lucidez, vitalidad.
Plata: capacidades extrasensoriales, emociones fluctuantes, bienestar.

Un mandala, rueda o círculo en sánscrito, es una imagen con un centro y con una simetría organizada habitualmente en 4 ejes, los 4 puntos cardinales, aunque pueden ser 2, 3,...
Existen casi desde el comienzo de la humanidad y en todos los continentes y culturas.
Su función puede ir desde lo puramente decorativo a su uso en la meditación, la oración, o como medio de sanación y/o desarrollo mental o espiritual.
Su realización puede ir desde los más rudimentario signos esquemáticos dibujados de forma individual a la participación de varias personas durante varios días en elaborados dibujos, y desde sencillas líneas grabadas en la piedra al uso de pigmentos de todo tipo y origen, arenas de colores, tintas, hilos,... sobre papel, seda, cortezas de árboles, paredes, suelos, rocas, alfombras,...
Los motivos son todos aquellos que han atraído nuestra atención desde el principio de los tiempos: vegetales, animales, geométricos, dioses y diosas, abstractos, ornamentales, espirituales, cotidianos.

En Mandalas, círculos de equilibrio nos cuentan:
Las formas y sus significados
Los mandalas no son simples dibujos de colores. Todos los elementos que en ellos se integran tienen un significado. Conoce algunos de los más utilizados:
Círculo: movimiento. Lo absoluto. El verdadero yo.
Corazón: sol. Amor. Felicidad. Alegría. Sentimiento de unión.
Cruz: unión del cielo y la tierra. Vida y muerte. Lo consciente y lo inconsciente.
Cuadrado: procesos de la naturaleza. Estabilidad. Equilibrio.
Estrella: símbolo de lo espiritual. Libertad. Elevación.
Espiral: vitalidad. Energías curativas. Búsqueda constante de la totalidad.
Hexágono: unión de los contrarios.
Laberinto: implica la búsqueda del propio centro.
Mariposa: autorenovación del alma. Transformación y muerte.
Pentágono: silueta del cuerpo humano. Tierra, agua, fuego.
Rectángulo: estabilidad. Rendimiento del intelecto. La vida terrenal.
Triángulo: agua, inconsciente (hacia abajo); vitalidad, transformación (hacia arriba); agresión hacia uno mismo (hacia el centro)
¿Qué quieren decir los colores?
El uso de los colores en los mandalas también tiene un significado especial. Su uso está relacionado con el estado de ánimo de quien los pinta o dibuja. Descubre lo que esconde cada tonalidad:
Blanco: nada, pureza, iluminación, perfección.
Negro: muerte, limitación personal, misterio, renacimiento, ignorancia.
Gris: neutralidad, sabiduría, renovación.
Rojo: masculino, sensualidad, amor, arraigamiento, pasión.
Azul: tranquilidad, paz, felicidad, satisfacción, alegría.
Amarillo: sol, luz, jovialidad, simpatía, receptividad.
Naranja: energía, dinamismo, ambición, ternura, valor.
Rosa: aspectos femeninos e infantiles, dulzura, altruismo.
Morado: amor al prójimo, idealismo y sabiduría.
Verde: naturaleza, equilibrio, crecimiento, esperanza.
Violeta: música, magia, espiritualidad, transformación, inspiración.
Oro: sabiduría, claridad, lucidez, vitalidad.
Plata: capacidades extrasensoriales, emociones fluctuantes, bienestar.



 


    



 
  


     

           
Beneficios de dibujar o pintar mandalas

1) Comienzo de un trabajo de meditación activa.
2) Contacto con tu esencia.
3) Te expresarás mejor con el mundo exterior.
4) Ayuda a expandir tu conciencia.
5) Desarrollo de la paciencia.
6) Despertar de los sentidos. Es probable que comiences a ver lo que está a tu alrededor con otros ojos.
7) Empiezas a escuchar la voz de tu intuición.
8) Te aceptarás y te querrás más.
9) Te curarás física y psíquicamente.
 


Formas y sus significados


Los mandalas no son simples dibujos de colores. Todos los elementos que en ellos se integran tienen un significado. Conoce algunos de los más utilizados:

Círculo: movimiento. Lo absoluto. El verdadero yo.

Corazón: sol. Amor. Felicidad. Alegría. Sentimiento de unión.

Cruz: unión del cielo y la tierra. Vida y muerte. Lo consciente y lo inconsciente.

Cuadrado: procesos de la naturaleza. Estabilidad. Equilibrio.

Estrella: símbolo de lo espiritual. Libertad. Elevación.

Espiral: vitalidad. Energías curativas. Búsqueda constante de la totalidad.

Hexágono: unión de los contrarios.

Laberinto: implica la búsqueda del propio centro.

Mariposa: autorenovación del alma. Transformación y muerte.

Pentágono: silueta del cuerpo humano. Tierra, agua, fuego.

Rectángulo: estabilidad. Rendimiento del intelecto. La vida terrenal.

Triángulo: agua, inconsciente (hacia abajo); vitalidad, transformación (hacia arriba); agresión hacia uno mismo (hacia el centro)


¿Qué quieren decir los colores?

El uso de los colores en los mandalas también tiene un significado especial. Su uso está relacionado con el estado de ánimo de quien los pinta o dibuja. Descubre lo que esconde cada tonalidad:

Blanco: nada, pureza, iluminación, perfección.

Negro: muerte, limitación personal, misterio, renacimiento, ignorancia.

Gris: neutralidad, sabiduría, renovación.

Rojo: masculino, sensualidad, amor, arraigamiento, pasión.

Azul: tranquilidad, paz, felicidad, satisfacción, alegría.

Amarillo: sol, luz, jovialidad, simpatía, receptividad.

Naranja: energía, dinamismo, ambición, ternura, valor.

Rosa: aspectos femeninos e infantiles, dulzura, altruismo.

Morado: amor al prójimo, idealismo y sabiduría.

Verde: naturaleza, equilibrio, crecimiento, esperanza.

Violeta: música, magia, espiritualidad, transformación, inspiración.

Oro: sabiduría, claridad, lucidez, vitalidad.

Plata: capacidades extrasensoriales, emociones fluctuantes, bienestar.


domingo, marzo 18, 2012

chakras

Qué son los ?
Los Chakras son centros de energía, funcionan como receptores y transformadores de las diversas formas del prana o energía universal.

A través de los nadis, los chakras toman la energía vital y la transforman en las frecuencias necesarias de las distintas áreas del cuerpo físico para el sustento y el desarrollo.
Cada chakra está relacionado con uno de los elementos: tierra, agua, aire y éter de la mente – la mente es un instrumento de la conciencia. Estos elementos son los estados de la materia y no elementos tal como lo entendemos en la química moderna. Ellos son equivalentes a los términos: sólidos, líquidos, gaseosos o de fuego, aireado, y etérico – que son algo análogos a lo físico, astral y mental.
La palabra Chakra, en sánscrito significa “rueda”, “rueda-como” vórtices, o platillo en forma de depresiones que existen en la superficie del cuerpo etérico humano.
Hay aproximadamente 88000 chakras en el cuerpo humano, la mayoría son muy pequeños y desempeñan un papel menor en su sistema energético. Sin embargo, hay aproximadamente 40 chakras secundarios que son de importancia, que se encuentran en el bazo, la parte de atrás del cuello, las palmas de las manos y las plantas de los pies.

Los siete chakras principales están situados a lo largo de un eje vertical central de nuestra columna vertebral y abierto hacia la parte delantera del cuerpo como una flor. Estos círculos son centros de energía en constante movimiento, reciben constantemente la rotación, la atracción de la energía.
El centro de cada chakra, es un punto muy profundo,el canal que se extiende a lo largo de toda la columna vertebral, se denomina el chakra sushumna (el más importante canal de energía) que sube por la columna vertebral a la parte superior de la cabeza.

Los siete chakras primarios.
Función, símbolo y color predominante.




Base. Pilar de la vida: condiciones materiales. Rojo.Sacro: sexualidad, fuerza vital, potencial creativo. Naranja.
Plexo solar: necesidades emocionales, energía, voluntad. Amarillo
Corazón: sentimientos, amor, armonía, síntesis. Verde.
Garganta o Laríngeo: comunicación, expresión, contacto con los demás. Azul.
Frontal: reino mental, visualización, intuición y clarividencia. Índigo.
Coronilla: conexión con el mundo espiritual, capacidad para captar poder, conexión con el Yo Superior. Violeta.

Holistico

 
Entrevista a la abuela Margarita
Heredera de la tradición maya y curandera
 
La Abuela Margarita heredera de la tradición maya y curandera con conocimientos ancestrales es, a sus 76 años, una mujer que emana sabiduría, alegría y fuerza y que recorre el mundo transmitiendo mensajes rotundos sobre el despertar de lo femenino en hombres y mujeres, la sacralidad de la Madre Tierra, nuestra naturaleza espiritual y el poder que todos tenemos.
Allá donde va es una persona muy escuchada y respetada cuyas palabras sirven de aliento e inspiración para miles de personas.
En este vídeo de febrero del 2010 y en la entrevista de La Contra de La Vanguardia que reproducimos abajo, la Abuela Margarita nos transmite claves y consejos de vida sobre los que merece la pena reflexionar:

1. El despertar femenino corresponde al corazón y afecta por igual a hombres y mujeres. Nacemos con 2 posibilidades, el amor y el miedo, y se trata de cambiar las emociones hacia al amor.
2. El cambio viene de la mano de las mujeres. Durante miles de años (supongo que se refiere a época pre-pratiarcado) la “mujer estaba considerada igual al hombre” y nunca se envenenó la Tierra, después ambas circunstancias cambiaron. El papel de la mujer es valorarse y honrarse a si misma, y enseñar a los hombres a amar y respetar la Tierra.
3. El sexo es sagrado y se está banalizando
4. Las personas mayores son “oro molido” para la sociedad y es una época ideal para compartir experiencias y sabiduría. Según los ciclos mayas de 13 años, a partir de los 52 años las personas se “abren a la maternidad-paternidad universal” y deben dejar el victimismo y decir “aquí estoy”
5. La muerte no existe sino que la conciencia/nuestra parte espiritual sobrevive a la encarnación física
6. Todos somos seres sagrados y debemos honrarnos a nosotros mismos
7. Nuestros pensamientos tienen el poder de crear nuestra realidad
8. La alegría es un ingrediente importante en la Vida. En el vídeo ella está cantando esta estrofa:
Soy el poder dentro de mi
Soy el Amor del Cielo y la Tierra
Soy el Gran Espíritu y soy eterno
Mi vida está llena de amor y alegría
Y estas son sus palabras en la entrevista de la Contra del 28-5-2005, una de las más reproducidas en internet. Se titula “Yo, cuando necesito algo, me lo pido a mí misma” y cada párrafo contiene un hondo significado:
Ella nos dice: ‘Tengo 71 años. Nací en el campo, en el estado de Jalisco (México), y vivo en la montaña. Soy viuda, tengo dos hijas y dos nietos de mis hijas, pero tengo miles con los que he podido aprender el amor sin apego. Nuestro origen es la Madre Tierra y el Padre Sol. He venido a la Fira de la Terra para recordarles lo que hay dentro de cada uno.’
¿Dónde vamos tras esta vida?
¡Uy hija mía, al disfrute! La muerte no existe. La muerte simplemente es dejar el cuerpo físico, si quieres.
¿Cómo que si quieres…?
Te lo puedes llevar. Mi bisabuela era chichimeca, me crié con ella hasta los 14 años, era una mujer prodigiosa, una curandera, mágica, milagrosa. Aprendí mucho de ella.
Ya se la ve a usted sabia, abuela.
El poder del cosmos, de la tierra y del gran espíritu está ahí para todos, basta tomarlo. Los curanderos valoramos y queremos mucho los cuatro elementos (fuego, agua, aire y tierra), los llamamos abuelos. La cuestión es que estaba una vez en España cuidando de un fuego, y nos pusimos a charlar.
¿Con quién?
Con el fuego. ‘Yo estoy en ti’, me dijo. ‘Ya lo sé’, respondí. ‘Cuando decidas morir retornarás al espíritu, ¿por qué no te llevas el cuerpo?’, dijo. ‘¿Cómo lo hago?’, pregunté.
Interesante conversación.
’Todo tu cuerpo está lleno de fuego y también de espíritu -me dijo-, ocupamos el cien por cien dentro de ti. El aire son tus maneras de pensar y ascienden si eres ligero. De agua tenemos más del 80%, que son los sentimientos y se evaporan. Y tierra somos menos del 20%, ¿qué te cuesta cargar con eso?’.
¿Y para qué quieres el cuerpo?
Pues para disfrutar, porque mantienes los cinco sentidos y ya no sufres apegos. Ahora mismo están aquí con nosotras los espíritus de mi marido y de mi hija.
Hola
El muertito más reciente de mi familia es mi suegro, que se fue con más de 90 años. Tres meses antes de morir decidió el día. ‘Si se me olvida -nos dijo-, me lo recuerdan’. Llegó el día y se lo recordamos. Se bañó, se puso ropa nueva y nos dijo: ‘Ahora me voy a descansar’. Se tumbó en la cama y murió. Eso mismo le puedo contar de mi bisabuela, de mis padres, de mis tías…
Y usted, abuela, ¿cómo quiere morir?
Como mi maestro Martínez Paredes, un maya poderoso. Se fue a la montaña: ‘Al anochecer vengan a por mi cuerpo’. Se le oyó cantar todo el día y cuando fueron a buscarle, la tierra estaba llena de pisaditas. Así quiero yo morirme, danzando y cantando. ¿Sabe lo que hizo mi papá?
¿Qué hizo?
Una semana antes de morir se fue a recoger sus pasos. Recorrió los lugares que amaba y a la gente que amaba y se dio el lujo de despedirse. La muerte no es muerte, es el miedo que tenemos al cambio. Mi hija me está diciendo: ‘Habla de mí’, así que le voy a hablar de ella.
Su hija, ¿también decidió morir?
Sí. Hay mucha juventud que no puede realizarse, y nadie quiere vivir sin sentido.
¿Qué merece la pena?
Cuando miras a los ojos y dejas entrar al otro en ti y tú entras en el otro y te haces uno. Esa relación de amor es para siempre, ahí no hay hastío. Debemos entender que somos seres sagrados, que la Tierra es nuestra Madre y el Sol nuestro Padre. Hasta hace bien poquito los huicholes no aceptaban escrituras de propiedad de la tierra. ‘¿Cómo voy a ser propietario de la Madre Tierra?’, decían.
Aquí la tierra se explota, no se venera.
¡La felicidad es tan sencilla!, consiste en respetar lo que somos, y somos tierra, cosmos y gran espíritu. Y cuando hablamos de la madre tierra, también hablamos de la mujer que debe ocupar su lugar de educadora.
¿Cuál es la misión de la mujer?
Enseñar al hombre a amar. Cuando aprendan, tendrán otra manera de comportarse con la mujer y con la madre tierra. Debemos ver nuestro cuerpo como sagrado y saber que el sexo es un acto sagrado, esa es la manera de que sea dulce y nos llene de sentido. La vida llega a través de ese acto de amor. Si banalizas eso, ¿qué te queda? Devolverle el poder sagrado a la sexualidad cambia nuestra actitud ante la vida. Cuando la mente se une al corazón todo es posible. Yo quiero decirle algo a todo el mundo…
¿…?
Que pueden usar el poder del Gran Espíritu en el momento que quieran. Cuando entiendes quién eres, tus pensamientos se hacen realidad. Yo, cuando necesito algo, me lo pido a mí misma. Y funciona.
Hay muchos creyentes que ruegan a Dios, y Dios no les concede.
Porque una cosa es ser limosnero y otra, ordenarte a ti mismo, saber qué es lo que necesitas. Muchos creyentes se han vuelto dependientes, y el espíritu es totalmente libre; eso hay que asumirlo. Nos han enseñado a adorar imágenes en lugar de adorarnos a nosotros mismos y entre nosotros.
Mientras no te empaches de ti mismo.
Debemos utilizar nuestra sombra, ser más ligeros, afinar las capacidades, entender. Entonces es fácil curar, tener telepatía y comunicarse con los otros, las plantas, los animales. Si decides vivir todas tus capacidades para hacer el bien, la vida es deleite.
¿Desde cuándo lo sabe?
Momentos antes de morir mi hija me dijo: ‘Mamá, carga tu sagrada pipa, tienes que compartir tu sabiduría y vas a viajar mucho. No temas, yo te acompañaré’. Yo vi con mucho asombro como ella se incorporaba al cosmos. Experimenté que la muerte no existe. El horizonte se amplió y las percepciones perdieron los límites, por eso ahora puedo verla y escucharla, ¿lo cree posible?
Sí.
Mis antepasados nos dejaron a los abuelos la custodia del conocimiento: ‘Llegará el día en que se volverá a compartir en círculos abiertos’. Creo que ese tiempo ha llegado.

jueves, marzo 01, 2012

VALE LA PENA LEERLA HASTA EL FINAL!!




¡Cuidado! ¡Casi te estrellas con ese carro! Me gritó mi padre. "¿Es
que no puedes hacer nada bien?"

Esas palabras me dolieron más que un golpe. Volví mi cabeza hacia el
anciano sentado en el asiento junto a mí, desafiándome a contestarle.
Se me hizo un nudo en la garganta, y aparté los ojos. No estaba
preparada por otra pelea.

"Yo vi el carro papá. Por favor, no me grites cuando manejo."

Mi voz fue medida y firme, que sonaba mucho más calmada de lo que
realmente me sentía.

Mi padre me miró furioso, después volvió su cabeza y se mantuvo
callado. En casa lo dejé enfrente del televisor y sali para componer
mis pensamientos. Había oscuras y pesadas nubes en el cielo,
prometiendo una lluvia. Un trueno distante retumbó como si fuera el
eco de mi agitación interna. ¿Qué puedo hacer con él?

Mi padre había sido leñador en el estado de Washington y Oregon.
Había disfrutado la vida al aire libre y le gustaba medir su fuerza
contra el poder de la naturaleza. Había entrado en agotadoras
competiciones de leñadores, y a menudo ganaba. Los estantes de su casa
estaban llenos de trofeos que probaban su habilidad.

Pero los años pasaron implacables. La primera vez que no pudo levantar
un pesado tronco, hizo una broma sobre eso; pero luego el mismo día lo
vi afuera solo, tratando de levantarlo. Se volvió irritable cada vez
que alguien le hacía bromas sobre estar envejeciendo, o cuando no
podía hacer algo que hacía cuando era joven.

Cuatro días antes de cumplir sesenta y siete años, tuvo un ataque al
corazón. Una ambulancia lo llevó al hospital mientras el paramédico le
hacía resucitación para mantener la sangre y el oxígeno circulando.

En el hospital, lo llevaron corriendo al cuarto de operaciones. Tuvo
suerte, sobrevivió. Pero algo en el interior de papá, murió. El gusto
por la vida desapareció. Obstinadamente se negaba a seguir las órdenes
del doctor. Las sugerencias y los ofrecimientos de ayuda eran
rechazados con sarcasmo e insultos. El número de visitantes disminuyó,
y finalmente cesaron. Papá quedó solo.

Mi esposo Dick y yo le pedimos que viniera a vivir con nosotros a
nuestra pequeña granja. Esperábamos que el aire libre y la atmósfera
de la granja le ayudaran a ajustar su vida.

Una semana después de su llegada, ya me habìa arrepentido de la
invitaciòn; nada le satisfacia. Criticaba todo lo que yo hacía. Me
sentí frustrada y deprimida. Pronto me di cuenta que estaba
desahogando mi rabia con Dick. Empezamos a discutir y a pelear.

Alarmado, Dick buscó al pastor y le explicó la situación. El pastor
nos dió citas para aconsejarnos. Al final de cada sesión, él oraba,
pidiendole a Dios que calmara la turbada mente de papá.

Pero los meses pasaban y Dios guardaba silencio. Había que hacer algo
y era yo la que lo tenía que hacer.

Al día siguiente me senté con la guía telefónica y llamé a cada una de
las clínicas mentales que había en el libro. Expliqué mi problema a
cada una de las voces llenas de simpatía que me contestaron. Justo
cuando estaba perdiendo la esperanza, una de esas voces amables de
repente exclamó, "¡Recién leí algo que podría ayudarla! Déjeme ir a
buscar el artículo..."

Escuché mientras ella leía. El artículo describía el sorprendente
estudio hecho en una clínica geriátrica. Todos los pacientes ancianos
estaban con tratamiento por depresión crónica. En todos ellos sus
actitudes mejoraron en forma excepcional cuando se les dio la
responsabilidad de cuidar un perro.

Fui a la municipalidad a ver los perros ofrecidos en adopción.
Después que llené un formulario, un oficial uniformado me llevó a los
corrales de los perros. El olor a los desinfectantes inundó mi nariz
cuando entré a las filas de jaulas. Cada una contenía de cinco a siete
perros. Los había de pelo largo, enrulado, unos negros y otros con
manchas que saltaban, tratando de alcanzarme. Los fui estudiando uno
por uno pero los rechacé a todos por distintas razones, demasiado
grande, o demasiado chico, o demasiado pelo, etc. Cuando llegué al
último corral, un perro desde la esquina más alejada se paró con
dificultad, caminó hacia el frente de la jaula y se sentó. Era un perro
alaska, una de las razas de magnifica estampa de apariencia lobezna.
Pero éste era una caricatura de la raza.

Los años habían puesto en su cara y hocico un poco de gris. Los huesos
de sus caderas sobresalían en triángulos desiguales. Pero fueron sus
ojos que atraparon mi atención. Calmados y límpidos, me observaban
fijamente.

Apuntando al perro, pregunté, ¿Qué me dice de éste? El oficial miró, y
sacudió su cabeza, intrigado. "El es un poco raro. Apareció no se sabe
de dónde, y se sentó en el portón del frente. Lo entramos, pensando
que quizá alguien viniera a reclamarlo. Eso fue hace dos semanas y
nadie ha venido. Su tiempo termina mañana". Hizo un gesto, como que no
se puede hacer nada.

Mientras las palabras entraban a mi mente, me volví al hombre con
horror... "¿Quiere decir que lo van a matar?"

"Señora", dijo dulcemente, "Es el reglamento. No hay lugar para todos
los perros que nadie reclama."

Miré al alaska otra vez. Sus calmados ojos marrones esperaban mi
decisión. "Lo tomaré", dije. Y manejé hasta casa con el perro sentado
en el asiento delantero a mi lado. Cuando llegué a casa, toqué la
bocina dos veces. Lo estaba ayudando a bajar del auto cuando papá
apareció en el porche del frente... “¡Mira lo que te traje, papá!”
dije entusiasmada.

Papá miró, y puso una cara de disgusto. “Si yo quisiera un perro lo
hubiera buscado. Y hubiera elegido uno mejor que esta bolsa de huesos.
Quédate con él, yo no lo quiero.” Agitó su brazo despectivamente y
empezó a caminar hacia la casa.

El enojo creció dentro de mí. Me apretaba los músculos de la garganta
y sentía latidos en las sienes. “¡Es mejor que te acostumbres a él,
papá, porque se queda con nosotros!”
Papá me ignoró... “¿Me escuchaste, papá?” Grité. A estas palabras papá
se volvió enojado, con sus manos apretadas a sus costados, con sus
ojos entornados con odio.

Estábamos parados mirándonos fijamente como duelistas, cuando de
repente, el alaska se soltó de mi mano. Fue cojeando despacio hasta
mi padre y se sentó frente a él. Entonces muy despacio,
cuidadosamente, levantó la pata delantera.

La quijada de mi padre tembló mientras se quedó mirando la pata
levantada. La confusión reemplazó la ira de sus ojos. El alaska
esperaba pacientemente. De pronto, papá estaba arrodillado, abrazando
el animal.

Fue el principio de una cálida e íntima amistad. Papá lo llamó
Cheyenne. Juntos, él y Cheyenne exploraron el vecindario. Pasaron
largas horas caminando por polvorientos caminos. Iban a las orillas de
los rápidos ríos, pasando largos momentos de reflexión.
Incluso comenzaron a ir juntos a la iglesia los domingos,
mi padre sentado en un banco y Cheyenne echado silencioso a
sus pies.

Papá y Cheyenne fueron inseparables a través de los tres años
siguientes. La amargura de mi padre se desvaneció, y él y Cheyenne
hicieron muchos amigos.

Entonces, una noche, muy tarde, me extrañó sentir la fría nariz de
Cheyenne revolviendo nuestras frazadas. Nunca antes había entrado a
nuestro dormitorio en la noche. Desperté a Dick, me puse el salto de
cama y corrí al cuarto de mi padre. Papá estaba en su cama, con una
faz serena. Pero su espíritu se había ido silenciosamente en algún
momento durante la noche.

Dos días más tarde, mi dolor se hizo todavía más profundo cuando
descubrí a Cheyenne tendido muerto junto a la cama de papá. Envolví su
cuerpo en la alfombra sobre la cual siempre había dormido. Mientras
Dick y yo lo enterrábamos en su lugar favorito cercano al rio, le
agradecí silenciosamente por la ayuda que me había dado para devolver
a mi padre la paz y tranquilidad.

La mañana de funeral de papá amaneció nublada y sombría. Este día se
ve de la misma manera que yo me siento, pensé, mientras caminaba hacia
la línea de bancos de la iglesia reservados por familia. Estaba
sorprendida de ver la cantidad de amigos que papá y Cheyenne habían
hecho, que llenaban la iglesia. El pastor comenzó su elogio del
difunto. Fue un tributo para papá y para el perro que había cambiado
su vida.

Entonces el pastor citó Hebreos 13:2. “No dejes de dar hospitalidad a
forasteros, porque haciéndolo, algunos han recibido ángeles sin
saberlo.” “Muchas veces he agradecido a Dios por haberme enviado un
ángel,” dijo.

Entonces me di cuenta, y el pasado cayó todo en su lugar, completando
un rompecabezas que no había visto antes: aquella amable y simpática
voz que me leyó aquel artículo sobre el estudio en la clínica
geriátrica. La inesperada aparición de Cheyenne en el lugar de los
perros para adopción. Su calmada aceptación y completa devoción a mi
padre y la proximidad de sus muertes.

Y de repente, comprendí. Me di cuenta que, ciertamente, Dios había
contestado mis plegarias en busca de su ayuda.

La vida es muy corta para hacerse dramas por cosas sin importancia, así que:

RIE CON FUERZA, AMA CON SINCERIDAD Y PERDONA RAPIDAMENTE. VIVE
MIENTRAS ESTES VIVO. PERDONA AHORA A AQUELLOS QUE TE HACEN LLORAR.
QUIEN SABE SI TENDRAS UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD.


Dios contesta nuestras plegarias a SU manera . . . no a la nuestra . . .