sábado, diciembre 18, 2010
En nuestro interior *x A. Plaza*
Cuando empezamos a tomar responsabilidad por nuestra propia vida, dejamos de lado la actitud y posición de víctimas de la vida, de las circunstancias, de las personas, etc. Es entonces cuando empezamos a recuperar el poder que tenemos de crear de manera consciente nuestras propias experiencias; poder que siempre tuvimos, pero fuimos inconcientemente incapaces de utilizarlo, creábamos experiencias poco satisfactorias, pensando que la vida simplemente transcurría, que éramos víctimas de las circunstancias, o que la suerte no iba de nuestro lado.
El proceso de manifestación es muy simple, recibimos de vuelta lo que enviamos al Universo, y lo que enviamos al Universo es en base a vibraciones, y nosotros vibramos a distintos niveles en base a la armonía de nuestro interior, quiero decir, en base a nuestros sentimientos, emociones y pensamientos.
Cada emoción tiene un punto exacto a nivel vibratorio, cada emoción viene de algún pensamiento frecuente, y los pensamientos vienen de creencias sobre nosotros y sobre la vida. Esas creencias fueron estructuradas mayormente en nuestra infancia, transmitidas por nuestros padres o cualquier adulto de nuestro entorno, cuyas opiniones fueron influyentes en nuestra vida infantil. Adoptamos esas creencias porque estábamos aprendiendo sobre el mundo y cómo funciona la vida, y aceptamos sus opiniones porque no teníamos posibilidad de juicio, o de elegir creencias (::), así que adoptamos como nuestra, lo que para ellos constituía la verdad.
Es por eso que ahora vemos un mundo detrás de un cristal distorsionado, entonces pensamos y sentimos de cierta forma, y esos pensamientos crean nuestras emociones y vibraciones, esas vibraciones son emitidas principalmente por el chakra Manipura o Plexo Solar.
Todos los chakras que poseemos son centros energéticos que vibran en base a la armonía que existe en nuestro interior, pero el que se proyecta al Universo es el Plexo Solar.
Para muchas personas, los chakras aún pertenecen a un mundo extraño, pero estos son totalmente nuestros e influyen de manera decisiva en nuestra vida, así que vamos a dar un pequeño y rápido paseo para conocerlos y familiarizarnos con ellos, al final todo es energía y los chakras son el medio por el cual nos comunicamos con el Universo, es importante que sepamos qué son y cómo funcionan.
LOS CHAKRAS: NUESTRA CONEXIÓN ESPIRITUAL CON EL MUNDO FISICO
A lo largo de la columna vertebral y su prolongación se encuentran estos centros energéticos llamados “chakras”. Chakra en sánscrito significa “rueda” o “loto”. Se llama rueda porque gira de derecha a izquierda -como las agujas de un reloj-, cada chakra, genera, transforma y distribuye energía a una determinada región del cuerpo, hacia sus planos burdo, sutil y causal. Se los llama “lotos” porque se abren como flores que separan sus pétalos cuando la energía vital pasa por ellos. Los vedas utilizaron este término para denominar los centros energéticos del cuerpo humano. Hay siete chakras principales y varios secundarios que corresponden con los puntos de acupuntura o meridianos. Cada uno de ellos se asocia con alguna de las glándulas endocrinas dentro del cuerpo físico.
Un chakra se abre cuando una persona logra tomar conciencia de su existencia, de su poder y lo activa cuando inicia un proceso de sanación o de transformación.
Cuando la energía de un chakra no se integra, queda bloqueada y origina diversos problemas, tanto en el cuerpo como a nivel emocional, asimismo en la relación con el mundo exterior.
Cuando equilibramos nuestros chakras equilibramos y creamos armonía entre la mente, el cuerpo y el espíritu.
FUNCIONES DE LOS CHAKRAS
A través de los chakras también intercambiamos energía con el Universo, nos comunicamos con él y proyectamos en el mundo exterior nuestro mundo interior.
Cuando el chakra está cerrado o bloqueado gira en sentido contrario a las manecillas del reloj, la corriente fluye de adentro hacia afuera y mayormente es densa, y también interfiere el metabolismo energético, por lo que no puede absorber energía proveniente de la Fuente (prana) y proyecta al mundo solo energía lenta y negativa, y es así como vemos manifestado nuestro mundo interior en el exterior, de una forma insatisfactoria.
La mayor parte de las personas tienen tres o cuatro chakras bloqueados, por tanto girando en sentido contrario en un momento determinado. Como los chakras no son solo metabolizadores de energía, sino que también la detectan, sirven para proporcionarnos información sobre el mundo que nos rodea. Si tenemos algún chakra bloqueado no dejamos que entre la información, por lo que cuando nuestros chakras giran en sentido contrario a las manecillas del reloj, dejan salir nuestra energía densa, lenta y la envían al mundo. Es a lo que llamamos proyección.
La realidad que proyectamos al mundo se origina con la imagen que nos hemos formado a través de nuestras experiencias infantiles, ya sean estas positivas o negativas. Cada chakra está relacionado con una función psicológica específica, lo que proyectamos a través de cada uno de ellos está dentro del área de funcionamiento de dicho chakra y será algo muy personal, ya que la experiencia de vida de cada persona es única.
El primer chakra: Muladhara o Chakra Raíz
Mula es “raíz” y adhara “soporte”. Está localizado en el perineo, entre los genitales y el ano; corresponde al plexo sacro coxígeo (base de la columna vertebral).En este chakra están relacionados los aspectos primarios de nuestra vida: el instinto de supervivencia y los anhelos rudimentarios.
El Muladhara nos conecta con la experiencia exterior, con la salud y con la capacidad de movernos en el mundo y en la vida. La necesidad energética que tiene este chakra está relacionada con el alimento, con la posibilidad de ganarnos la vida, por lo tanto en esta sociedad y el mundo moderno, con el dinero.
El instinto de supervivencia también tiene que ver con la salud y con la higiene, con el interés que tenemos en conservar nuestra salud y vitalidad. La necesidad de abrigo, de un hogar y calidez del entorno en el que vivimos. Cuando nace en nosotros un espíritu ecologista, cuidamos y protegemos nuestro planeta, estamos trabajando también desde la armonía de este chakra.
COLOR QUE LO ARMONIZA: Rojo
GEMAS QUE LO ARMONIZAN: Amatista, aguamarina, coral, diamante, ágata fuego, jade y
rubí
El segundo chakra: Svadhisthana o Chakra Sagrado
Svadhisthana que significa “la propia morada” sva significa “lo propio”, ”lo que es” y adisthana “morada”, “asiento”. Está localizado en el coxis y corresponde al plexo pélvico en estrecha relación con el chakra raíz porque ambos están dominados por la energía excretora.El Muladhara es el Despertar a la Conciencia, Svadhisthana es el primer paso en el sendero que lleva al hombre más allá de lo puramente material.
Este chakra se relaciona con las emociones, con el placer, pero también con el dolor, con la posibilidad de dar y recibir, con el erotismo y también con la sensualidad. Expresar estas emociones es dejar fluir libremente la energía, reprimirlas es bloquearlas, por eso es importante permitirse el desahogo de esos bloqueos y sobre todo liberarse de viejos temores.
Cuando está armonizado la persona se siente integrada, tanto en lo personal como en lo social. Se caracteriza por su paciencia, su creatividad, por la posibilidad de disfrutar y la confianza en sí mismo.
COLOR QUE LO ARMONIZA: Naranja
GEMAS QUE LO ARMONIZAN: Citrino, diamante, jade, ópalo, perla, cuarzo claro, turmalina
verde
El tercer chakra: Manipura o chrakra del plexo solar
Manipura que significa “ciudad de las joyas” de mani que quiere decir “joya” y pura “ciudad”. Desde su nombre este chakra nos habla de la abundancia, de la luminosidad y del despertar que nace en Muladhra y aquí llega a su máximo esplendor. Este chakra es el que rige el plexo solar con su área de irradiación, en el ombligo detrás del cual está situado.Manipura es el centro más importante de la energía vital humana. Es la sede del poder, de la voluntad, de la decisión, de la energía de las emociones y todo eso nos da la calidad de nuestra potencia personal en el mundo. Por eso, en armonía proporciona voluntad y determinación permitiendo expresar nuestros talentos, fortaleza, serenidad y capacidad para relacionarnos con los demás sin pretender dominarlos. En cambio si este centro no funciona armónicamente; esto no tardara en manifestarse físicamente. Con exceso de fuego, aparecerá con trastornos digestivos, gastritis y úlceras. Y si al contrario el fuego gástrico es insuficiente, habrá variaciones disfuncionales hepáticas como cirrosis y pancreáticas como la diabetes. Este chakra también se relaciona con la bulimia y la anorexia, con problemas intestinales y con varias afecciones del colon.
Está relacionado con las glándulas suprarrenales, que son las que producen la adrenalina, la hormona que prepara al cuerpo para la huida o para la lucha, hace por lo mismo que la persona entre en estados de cólera, miedo, violencia y la sensación de persecución y de confusión.
Este chakra en un centro de gran fuerza energética, pero cuando esta fuerza no fluye armónicamente, la persona que limitada, no puede enfrentarse a situaciones nuevas, no tiene opiniones propias, teme no ser amada por lo que es y se la puede convencer fácilmente; todo esto debido a la falta de confianza y amor hacia sí mismo.
En cambio si la energía si fluye pero está desequilibrada la persona queda atada a sus ansias de poder.
COLOR QUE LO ARMONIZA: Amarillo
GEMAS QUE LO ARMONIZAN: Aguamarina, citrino, diamante, esmeralda, jade, perla, y
turquesa
El cuarto chakra: Anahata o chakra del corazón
Anahata que significa “invicto” o “no golpeado”. Es el loto del corazón que está localizado en la región dorsal detrás de este órgano y corresponde al plexo cardíaco. Su área de irradiación es el centro del pecho, es el lugar donde instintivamente nos llevamos las manos al expresar sentimientos.La armonía en éste chakra se expresa en la capacidad para la curación y atención a los demás, en la poesía y en el arte. Quién domina éste chakra es compasivo y desinteresado, pero cuando éste centro no funciona adecuadamente se puede manifestar como dificultad para manifestar sentimientos y una sensación de ansiedad, hipersensibilidad o remordimiento. En el caso más extremo de disfunción, el sentimiento es odio.
En el cuerpo físico está relacionado con el timo, el sistema circulatorio, el corazón, los pulmones y el nervio vago. Su acción se expande hacia la cara interna de los brazos y las manos. Cuando está desarmonizado, su disfunción se manifiesta en problemas del sistema inmunológico y afecciones tanto cardíacas como pulmonares, asma e hipertensión.
En el aspecto mental y emocional, por el centro de los sentimientos, del amor y de la compasión está directamente relacionado con los estados de ánimo. Si está obstruido, aparece como angustia, como dolor, como la depresión que se origina al no recibir lo que esperamos de los demás. Funcionando armónicamente se llega a la inspiración.
COLOR QUE LO ARMONIZA: Verde y rosa
GEMAS QUE LO ARMONIZAN: Jade, malaquita, rubí, turmalina verde, y turmalina rosa
El quinto chakra: Vishuddha o chakra de la garganta
Vishuddha que viene de vishuddhi que significa “purificar”, por lo que vishuddha es “el grande”, “el puro”. Está localizado detrás de la garganta y relacionado con el plexo laríngeo y faríngeo, también con las glándulas tiroides y paratiroides como las carótidas. Regula el sistema linfático y actúa sobre las cuerdas vocales y los oídos. También expande su acción hacia los hombros, brazos y manos, pero su área de acción específica es la boca.Este chakra está relacionado con la creatividad y la comunicación en todos sus aspectos ya sea vocal, gestual o escrito; con el reconocimiento de los fenómenos psíquicos y de nuestros pensamientos como parte de esas creaciones. Cuando está abierto fluye armónicamente, se logra la alegría, dominio, pureza y desapego. Si está desarmonizado su efecto se manifiesta en problemas físicos en la garganta, como laringitis, tortícolis, y también afecciones de los oídos. Influye sobre la acción de la glándula tiroides, reguladora del metabolismo, es decir, de la capacidad del organismo de usar la energía contenida en los alimentos, liberarla y utilizarla. La tiroides también actúa sobre el desarrollo sexual, la fertilidad femenina, el crecimiento y el equilibrio psíquico. También aparece como imposibilidad de comunicarnos con los demás tanto en el habla y en el escucha. No podemos expresar nuestros sentimientos y deseos, y así se bloquea la tarea creativa. Aparece entonces la tristeza, la frustración y la angustia que derivan justamente de esa imposibilidad de expresión.
En el otro extremo están quienes, sin poder contener las palabras, hieren y engañan a los demás o los manipulan. A esto se incorpora la expresión no verbal, la gestual y corporal.
COLOR QUE LO ARMONIZA: Azul
GEMAS QUE LO ARMONIZAN: Aguamarina, citrino, lapislázuli y turquesa
El sexto chakra: Ajña o chakra o chakra frontal o del tercer ojo
Ajña, que significa “el que dirige” o “el centro de mando” y esta a la altura del entrecejo, por eso se llama también “el tercer ojo” o lugar de la visión trascendente. Esta localizado en el rostro entre las cejas, pero se ubica exactamente en el centro de la cabeza.En el cuerpo físico se relaciona con el cerebro, el sistema nervioso en general, con la glándula hipófisis y también con los ojos y la nariz. La hipófisis, pequeña como una arveja, es la glándula endocrina principal en los vertebrados ya que segrega hormonas que estimulan la función de otras glándulas. Ajña también influye sobre la glándula pineal, ubicada en la parte superior del cerebro medio, y es la responsable de la producción de una hormona llamada “melatonina”. Esta hormona está relacionada con la luz y la oscuridad, ya que la glándula pineal la segrega solo por la noche e interrumpe su producción durante el día. La melatonina actúa sobre los ciclos de sueños y vigilia y también influye en los ciclos reproductivos de los animales y los humanos.
En el aspecto psíquico de este chakra tiene que ver con la lógica y con una gran comprensión de la realidad. Pero también lo hace con la imaginación, la concentración, la inspiración y la visión interior.
Armonizado nos conecta con lo creativo, con lo artístico en todas sus formas, con el disfrute de lo lúdico y con la posibilidad de comprender las cosas desde diferentes ángulos. Ajña actúa como impulso de una búsqueda espiritual y del amor espiritual.
COLOR QUE LO ARMONIZA: Violeta
GEMAS QUE LO ARMONIZAN: Amatista, esmeralda, jade, ópalo rubí, y zafiro
El séptimo chakra: Sahasrara o chakra coronal
También llamado “chakra corona” o “loto de los mil pétalos”.Sahasrara significa más allá de la diferencia.
No es en realidad un centro ya que se halla fuera del cuerpo, siguiendo el eje del cuerpo físico por encima de la coronilla o fontanela. Así indica su conexión con el Universo ya que es el chakra de la realización final.
Se lo relaciona en el plano fisiológico con el hipotálamo. Otorga espiritualidad, amor Universal y consciencia de unidad Universal.
Es el loto completo con sus pétalos del color del arcoíris, es la culminación de n trabajo de sanación y del Despertar de la Consciencia.
COLOR QUE LO ARMONIZA: Blanco y oro.
GEMAS QUE LO ARMONIZAN: Amatista, diamante, malaquita, cuarzo claro, y turmalina
verde.
En nuestro proceso de sanación y transformación vamos cambiando nuestro nivel vibratorio y son nuestros chrakras los que proyectan y se conectan con el mundo a través de esa energía emitida que vibra al unisonó de nuestro mundo interior proyectándolo al Universo.
Estamos hechos completamente de energía, o más bien somos energía, está energía tiene forma en base a nuestros pensamientos y estos pensamientos generan ciertos sentimientos y emociones en un momento dado. Entonces nuestro campo electromagnético puede cambiar tan rápidamente como cambian nuestros pensamientos.
Ese campo electromagnético es la energía que nos rodea, también llamada biosfera o aura, en ella está nuestra historia personal, todas nuestras creencias, pensamientos, sentimientos, emociones y decisiones tomadas en algún momento dado de nuestra vida, también podemos incluir en ella información de generaciones pasadas.
Todo esto sigue estimulando y creando pensamientos y emociones en nosotros, estas emociones emiten un nivel vibratorio o una frecuencia energética que llamamos resonancia en nuestro campo electromagnético. Todos accedemos y frecuentamos a un mismo nivel vibratorio y continuo durante la mayor parte del tiempo, posiblemente si te creas el hábito de sentirte triste, culpable, enojado, deprimido, etc. Todo esto en base a los pensamientos que nos frecuentan, el 99% de ellos los repetimos de los últimos días.
Esas vibraciones que emitimos, las que proyectamos al Universo y nos sirven como medio de comunicación para que nos envié más energía del mismo nivel, esa energía puede presentarse como personas, experiencias, objetos, etc. Esto acentuará nuestro nivel vibratorio nuevamente, y es por eso que nos mantenemos en un mismo estado emocional continuamente. Por eso la experiencia vital es totalmente única en cada persona.
A esto es a lo que llaman la ley de la atracción, atraemos continuamente según la energía que emitimos y enviamos al Universo. Todas nuestras creencias que crean nuestros pensamientos, y estos nuestra emociones emiten un nivel vibratorio, energía, resonancia a cierta frecuencia y atraemos energía de esa misma frecuencia.
Es por eso que cada persona mira al mundo con distintos ojos, tiene la capacidad de crearse su propio mundo y él responde perfectamente a esas creencias.
El proceso de manifestación es muy simple, recibimos de vuelta lo que enviamos al Universo, y lo que enviamos al Universo es en base a vibraciones, y nosotros vibramos a distintos niveles en base a la armonía de nuestro interior, quiero decir, en base a nuestros sentimientos, emociones y pensamientos.
Cada emoción tiene un punto exacto a nivel vibratorio, cada emoción viene de algún pensamiento frecuente, y los pensamientos vienen de creencias sobre nosotros y sobre la vida. Esas creencias fueron estructuradas mayormente en nuestra infancia, transmitidas por nuestros padres o cualquier adulto de nuestro entorno, cuyas opiniones fueron influyentes en nuestra vida infantil. Adoptamos esas creencias porque estábamos aprendiendo sobre el mundo y cómo funciona la vida, y aceptamos sus opiniones porque no teníamos posibilidad de juicio, o de elegir creencias (::), así que adoptamos como nuestra, lo que para ellos constituía la verdad.
Es por eso que ahora vemos un mundo detrás de un cristal distorsionado, entonces pensamos y sentimos de cierta forma, y esos pensamientos crean nuestras emociones y vibraciones, esas vibraciones son emitidas principalmente por el chakra Manipura o Plexo Solar.
Todos los chakras que poseemos son centros energéticos que vibran en base a la armonía que existe en nuestro interior, pero el que se proyecta al Universo es el Plexo Solar.
Para muchas personas, los chakras aún pertenecen a un mundo extraño, pero estos son totalmente nuestros e influyen de manera decisiva en nuestra vida, así que vamos a dar un pequeño y rápido paseo para conocerlos y familiarizarnos con ellos, al final todo es energía y los chakras son el medio por el cual nos comunicamos con el Universo, es importante que sepamos qué son y cómo funcionan.
LOS CHAKRAS: NUESTRA CONEXIÓN ESPIRITUAL CON EL MUNDO FISICO
A lo largo de la columna vertebral y su prolongación se encuentran estos centros energéticos llamados “chakras”. Chakra en sánscrito significa “rueda” o “loto”. Se llama rueda porque gira de derecha a izquierda -como las agujas de un reloj-, cada chakra, genera, transforma y distribuye energía a una determinada región del cuerpo, hacia sus planos burdo, sutil y causal. Se los llama “lotos” porque se abren como flores que separan sus pétalos cuando la energía vital pasa por ellos. Los vedas utilizaron este término para denominar los centros energéticos del cuerpo humano. Hay siete chakras principales y varios secundarios que corresponden con los puntos de acupuntura o meridianos. Cada uno de ellos se asocia con alguna de las glándulas endocrinas dentro del cuerpo físico.
Un chakra se abre cuando una persona logra tomar conciencia de su existencia, de su poder y lo activa cuando inicia un proceso de sanación o de transformación.
Cuando la energía de un chakra no se integra, queda bloqueada y origina diversos problemas, tanto en el cuerpo como a nivel emocional, asimismo en la relación con el mundo exterior.
Cuando equilibramos nuestros chakras equilibramos y creamos armonía entre la mente, el cuerpo y el espíritu.
FUNCIONES DE LOS CHAKRAS
- Revitalizar nuestro cuerpo energético y con ello el físico a través de la recepción del prana.
- Provocar el desarrollo de distintos aspectos de la conciencia, puesto que cada chakra está relacionado con alguna función psicológica, emocional y mental específica.
- Proyectar nuestro mundo interior al exterior, armonizar con él. Manifestar físicamente lo que tenemos dentro.
A través de los chakras también intercambiamos energía con el Universo, nos comunicamos con él y proyectamos en el mundo exterior nuestro mundo interior.
Cuando el chakra está cerrado o bloqueado gira en sentido contrario a las manecillas del reloj, la corriente fluye de adentro hacia afuera y mayormente es densa, y también interfiere el metabolismo energético, por lo que no puede absorber energía proveniente de la Fuente (prana) y proyecta al mundo solo energía lenta y negativa, y es así como vemos manifestado nuestro mundo interior en el exterior, de una forma insatisfactoria.
La mayor parte de las personas tienen tres o cuatro chakras bloqueados, por tanto girando en sentido contrario en un momento determinado. Como los chakras no son solo metabolizadores de energía, sino que también la detectan, sirven para proporcionarnos información sobre el mundo que nos rodea. Si tenemos algún chakra bloqueado no dejamos que entre la información, por lo que cuando nuestros chakras giran en sentido contrario a las manecillas del reloj, dejan salir nuestra energía densa, lenta y la envían al mundo. Es a lo que llamamos proyección.
La realidad que proyectamos al mundo se origina con la imagen que nos hemos formado a través de nuestras experiencias infantiles, ya sean estas positivas o negativas. Cada chakra está relacionado con una función psicológica específica, lo que proyectamos a través de cada uno de ellos está dentro del área de funcionamiento de dicho chakra y será algo muy personal, ya que la experiencia de vida de cada persona es única.
El primer chakra: Muladhara o Chakra Raíz
Mula es “raíz” y adhara “soporte”. Está localizado en el perineo, entre los genitales y el ano; corresponde al plexo sacro coxígeo (base de la columna vertebral).El Muladhara nos conecta con la experiencia exterior, con la salud y con la capacidad de movernos en el mundo y en la vida. La necesidad energética que tiene este chakra está relacionada con el alimento, con la posibilidad de ganarnos la vida, por lo tanto en esta sociedad y el mundo moderno, con el dinero.
El instinto de supervivencia también tiene que ver con la salud y con la higiene, con el interés que tenemos en conservar nuestra salud y vitalidad. La necesidad de abrigo, de un hogar y calidez del entorno en el que vivimos. Cuando nace en nosotros un espíritu ecologista, cuidamos y protegemos nuestro planeta, estamos trabajando también desde la armonía de este chakra.
COLOR QUE LO ARMONIZA: Rojo
GEMAS QUE LO ARMONIZAN: Amatista, aguamarina, coral, diamante, ágata fuego, jade y
rubí
El segundo chakra: Svadhisthana o Chakra Sagrado
Svadhisthana que significa “la propia morada” sva significa “lo propio”, ”lo que es” y adisthana “morada”, “asiento”. Está localizado en el coxis y corresponde al plexo pélvico en estrecha relación con el chakra raíz porque ambos están dominados por la energía excretora.Este chakra se relaciona con las emociones, con el placer, pero también con el dolor, con la posibilidad de dar y recibir, con el erotismo y también con la sensualidad. Expresar estas emociones es dejar fluir libremente la energía, reprimirlas es bloquearlas, por eso es importante permitirse el desahogo de esos bloqueos y sobre todo liberarse de viejos temores.
Cuando está armonizado la persona se siente integrada, tanto en lo personal como en lo social. Se caracteriza por su paciencia, su creatividad, por la posibilidad de disfrutar y la confianza en sí mismo.
COLOR QUE LO ARMONIZA: Naranja
GEMAS QUE LO ARMONIZAN: Citrino, diamante, jade, ópalo, perla, cuarzo claro, turmalina
verde
El tercer chakra: Manipura o chrakra del plexo solar
Manipura que significa “ciudad de las joyas” de mani que quiere decir “joya” y pura “ciudad”. Desde su nombre este chakra nos habla de la abundancia, de la luminosidad y del despertar que nace en Muladhra y aquí llega a su máximo esplendor. Este chakra es el que rige el plexo solar con su área de irradiación, en el ombligo detrás del cual está situado.Está relacionado con las glándulas suprarrenales, que son las que producen la adrenalina, la hormona que prepara al cuerpo para la huida o para la lucha, hace por lo mismo que la persona entre en estados de cólera, miedo, violencia y la sensación de persecución y de confusión.
Este chakra en un centro de gran fuerza energética, pero cuando esta fuerza no fluye armónicamente, la persona que limitada, no puede enfrentarse a situaciones nuevas, no tiene opiniones propias, teme no ser amada por lo que es y se la puede convencer fácilmente; todo esto debido a la falta de confianza y amor hacia sí mismo.
En cambio si la energía si fluye pero está desequilibrada la persona queda atada a sus ansias de poder.
COLOR QUE LO ARMONIZA: Amarillo
GEMAS QUE LO ARMONIZAN: Aguamarina, citrino, diamante, esmeralda, jade, perla, y
turquesa
El cuarto chakra: Anahata o chakra del corazón
Anahata que significa “invicto” o “no golpeado”. Es el loto del corazón que está localizado en la región dorsal detrás de este órgano y corresponde al plexo cardíaco. Su área de irradiación es el centro del pecho, es el lugar donde instintivamente nos llevamos las manos al expresar sentimientos.En el cuerpo físico está relacionado con el timo, el sistema circulatorio, el corazón, los pulmones y el nervio vago. Su acción se expande hacia la cara interna de los brazos y las manos. Cuando está desarmonizado, su disfunción se manifiesta en problemas del sistema inmunológico y afecciones tanto cardíacas como pulmonares, asma e hipertensión.
En el aspecto mental y emocional, por el centro de los sentimientos, del amor y de la compasión está directamente relacionado con los estados de ánimo. Si está obstruido, aparece como angustia, como dolor, como la depresión que se origina al no recibir lo que esperamos de los demás. Funcionando armónicamente se llega a la inspiración.
COLOR QUE LO ARMONIZA: Verde y rosa
GEMAS QUE LO ARMONIZAN: Jade, malaquita, rubí, turmalina verde, y turmalina rosa
El quinto chakra: Vishuddha o chakra de la garganta
Vishuddha que viene de vishuddhi que significa “purificar”, por lo que vishuddha es “el grande”, “el puro”. Está localizado detrás de la garganta y relacionado con el plexo laríngeo y faríngeo, también con las glándulas tiroides y paratiroides como las carótidas. Regula el sistema linfático y actúa sobre las cuerdas vocales y los oídos. También expande su acción hacia los hombros, brazos y manos, pero su área de acción específica es la boca.En el otro extremo están quienes, sin poder contener las palabras, hieren y engañan a los demás o los manipulan. A esto se incorpora la expresión no verbal, la gestual y corporal.
COLOR QUE LO ARMONIZA: Azul
GEMAS QUE LO ARMONIZAN: Aguamarina, citrino, lapislázuli y turquesa
El sexto chakra: Ajña o chakra o chakra frontal o del tercer ojo
Ajña, que significa “el que dirige” o “el centro de mando” y esta a la altura del entrecejo, por eso se llama también “el tercer ojo” o lugar de la visión trascendente. Esta localizado en el rostro entre las cejas, pero se ubica exactamente en el centro de la cabeza.En el aspecto psíquico de este chakra tiene que ver con la lógica y con una gran comprensión de la realidad. Pero también lo hace con la imaginación, la concentración, la inspiración y la visión interior.
Armonizado nos conecta con lo creativo, con lo artístico en todas sus formas, con el disfrute de lo lúdico y con la posibilidad de comprender las cosas desde diferentes ángulos. Ajña actúa como impulso de una búsqueda espiritual y del amor espiritual.
COLOR QUE LO ARMONIZA: Violeta
GEMAS QUE LO ARMONIZAN: Amatista, esmeralda, jade, ópalo rubí, y zafiro
El séptimo chakra: Sahasrara o chakra coronal
También llamado “chakra corona” o “loto de los mil pétalos”.No es en realidad un centro ya que se halla fuera del cuerpo, siguiendo el eje del cuerpo físico por encima de la coronilla o fontanela. Así indica su conexión con el Universo ya que es el chakra de la realización final.
Se lo relaciona en el plano fisiológico con el hipotálamo. Otorga espiritualidad, amor Universal y consciencia de unidad Universal.
Es el loto completo con sus pétalos del color del arcoíris, es la culminación de n trabajo de sanación y del Despertar de la Consciencia.
COLOR QUE LO ARMONIZA: Blanco y oro.
GEMAS QUE LO ARMONIZAN: Amatista, diamante, malaquita, cuarzo claro, y turmalina
verde.
En nuestro proceso de sanación y transformación vamos cambiando nuestro nivel vibratorio y son nuestros chrakras los que proyectan y se conectan con el mundo a través de esa energía emitida que vibra al unisonó de nuestro mundo interior proyectándolo al Universo.
Ese campo electromagnético es la energía que nos rodea, también llamada biosfera o aura, en ella está nuestra historia personal, todas nuestras creencias, pensamientos, sentimientos, emociones y decisiones tomadas en algún momento dado de nuestra vida, también podemos incluir en ella información de generaciones pasadas.
Todo esto sigue estimulando y creando pensamientos y emociones en nosotros, estas emociones emiten un nivel vibratorio o una frecuencia energética que llamamos resonancia en nuestro campo electromagnético. Todos accedemos y frecuentamos a un mismo nivel vibratorio y continuo durante la mayor parte del tiempo, posiblemente si te creas el hábito de sentirte triste, culpable, enojado, deprimido, etc. Todo esto en base a los pensamientos que nos frecuentan, el 99% de ellos los repetimos de los últimos días.
Esas vibraciones que emitimos, las que proyectamos al Universo y nos sirven como medio de comunicación para que nos envié más energía del mismo nivel, esa energía puede presentarse como personas, experiencias, objetos, etc. Esto acentuará nuestro nivel vibratorio nuevamente, y es por eso que nos mantenemos en un mismo estado emocional continuamente. Por eso la experiencia vital es totalmente única en cada persona.
A esto es a lo que llaman la ley de la atracción, atraemos continuamente según la energía que emitimos y enviamos al Universo. Todas nuestras creencias que crean nuestros pensamientos, y estos nuestra emociones emiten un nivel vibratorio, energía, resonancia a cierta frecuencia y atraemos energía de esa misma frecuencia.
Es por eso que cada persona mira al mundo con distintos ojos, tiene la capacidad de crearse su propio mundo y él responde perfectamente a esas creencias.
jueves, diciembre 16, 2010
viernes, noviembre 26, 2010
jueves, noviembre 25, 2010
sábado, noviembre 20, 2010
viernes, noviembre 19, 2010
Fieltro Navidad
Es un adorno para el toilet...
Material"
fieltro blanco,rojo,verde y amarillo
encaje navideño
Proceso
cortar el fieltro blanco del tamaño de la tapa del toilet y latapa de caja,
hacer petalos de nochebuena en rojo y ciculo amarillo, hacer hojas de verde coser todo y poner encaje alrededor
Esto se puede hacer en fieltro verde con las flores blancas pero con las hojas am
arillas
arillas
THE TOILET WILL LOOK SO CUTE, QUE LO DISFRUTEN
lunes, noviembre 08, 2010
domingo, noviembre 07, 2010
sábado, noviembre 06, 2010
lunes, noviembre 01, 2010
sábado, octubre 30, 2010
domingo, octubre 24, 2010
Lemon Olive Oil Mask
In a nutshell, olive oil moisturizes skin and lemon lightens and brightens. Olive oil is chock full of Vitamins C, D and E, antioxidants and iron, all of which help your skin regenerate and retain moisture. When olive oil is combined with lemon juice, wrinkles and impurities such as blackheads diminish -- pretty sweet, huh? Add in oatmeal and it will help treat blotchy skin. And go one step further by adding egg whites to this mask and you'll get a tightening effect. Unsurprisingly, olive oil is best suited for dry skin, but this lemon olive oil face mask is great for normal, combination, oily and acne-prone skin due to the combination of ingredients. Here's how to make it:
Lemon Olive Oil Mask
Ingredients:
1 teaspoon olive oil
A few drops fresh lemon juice
1/2 cup cooked instant oatmeal (cooled)
1 egg white
Directions
Mix olive oil, lemon juice, oatmeal and egg white until smooth. Spread on your face and neck. Leave on for 15 to 30 minutes. Rinse with lukewarm water. Follow with your favorite facial moisturizer.
viernes, octubre 22, 2010
domingo, octubre 17, 2010
viernes, agosto 20, 2010
jueves, agosto 19, 2010
Shapes
I’ve been thinking of lines and spaces lately. Every leafy tree invites me to see it two ways: once as an image of the multitude of greens and branches, then once again in negative, seeing only the jagged splotches of sky between branches and leaves.
There’s one tree especially that I keep noticing for some reason. It draws me toward it every time I pass by it on the road leading northward to our street. It’s an ordinary tree, and I have no cause to notice it. It’s not standing alone, nor is it outwardly unique. It’s just a wide-spreading maple at the top of a small hill near the road. Regardless, something about it has caught my eye repeatedly for well over a week now.
There’s a hayfield next to the tree, and a long greystone wall that holds back the farm beyond and follows the road for miles. So maybe the open space that precedes the tree brings attention to this maple. But there are other maples next to it, behind it, across the street. It is only this maple, with its wide branches, that has captured my thoughts enough to notice it each day, to have it enter one of the bedtime stories I spin for my daughters, to write about it now.
Today I drove past the maple again, and as I approached, it dawned on me that perhaps it’s not the tree itself, but the overall outline of the tree’s shape that interests me. I slowed down and saw the tree in a new way. If one were to follow the top of the tree’s branches--the very points where they meet the sky--one might make a line drawing very much like a dot-to-dot picture that children do in coloring books. This morning I noticed that outline, and I noticed also that it was almost a perfect half circle. That must have some meaning for me. It felt right to recognize it. It was beautiful, round, welcoming--a sheltering arc rising above the field and road.
It took a second look to see it. But something in me must have noticed it right away, and kept calling my attention until I really saw the tree.
Last year I celebrated my 10th anniversary of learning to draw. That sounds too self- congratulatory, so I’ll be more precise. The series of classes I took in 1999 were technically drawing classes, but I wouldn’t say that’s what I found so life-changing about them. Even now I’m not particularly good at sketching, but I absolutely love to do it. There was something life changing, though, in those lessons. I learned to see.
Learning to see? Talk about self-congratulatory. Honestly, though, the world did change for me visually. Everyday things, things that I had lived with or walked past for my entire life--these things suddenly changed. Objects like teapots or screwdrivers, chairs, paving stones, an apple peeler, a pear, a tree--these all shifted from their ordinary selves into lines, and shape, shadows alternating with light. The world undulated with color, and and individual colors broke into strange and exciting combinations. I was practically dizzy with letting my mind re-vise them.
My new perspective distracted and thrilled me for months--I learned all of this while we were living overseas, and it simply added to the exciting, exotic feeling I had of living so far away from home. When we returned to the US, I retained a great deal of my giddiness about “seeing,” but I fell back into a routine and just enough of the magic faded so I could about my life without reeling every time I noticed the color of a glass of milk or the curve of a teacup handle.
In the past few years, I’ve learned a little bit more about how to “see” through a camera’s lens, to recapture an element of what I am noticing in a moment. It’s far from perfect, and I’m not a photographer by any stretch, but some of my photos are good enough for me to enjoy later, and that seems enough for me.
There is a difference to seeing and being seen, and I while I might often have a camera to my eye, I am seldom in front of one. It’s my dread to be tagged in a Facebook photo. I skulk out of view when I see someone swinging a camera around, readying a shot.
I have a disconnect between what I see in the outside world and how I see myself. I look in the mirror, and I think, “Not too bad. Not perfect, but not bad.” I like myself, and for the most part, I like the way I look. However, the scale and my clothing are reminders I need to lose some serious weight, and last month I finally listened. I’m on a good path, and I’ve dropped 6 pounds so far. Again, not bad. I’ve cut sugar from my diet, I’ve been feeling increasingly strong. Most shockingly, I’m actually enjoying working out. I put on my loose(r) pants and head out of the house knowing all of this, wearing my confidence like a must-have accessory.
Last week we visited a goat farm, not too far down the road past the maple tree, in fact. I brought our camera, and got some great pictures of Esme running after (and with) the baby goats. She captured a few for hugs, and so did I. My husband took a photo of me, laughing as I cuddled a soft brown and white kid. I felt a twinge of self-consciousness, then let it go.
I downloaded the photos later that night and discovered, to my disgust, that I still don’t recognize myself.
As fantastic and confident as I might feel, the camera (and everyone else, I presume) sees something different. In fact, people who have known me for only the past 5 years have no other template for Kirie. I’m just that same old chubby mom they see in town (I cringe as I type). I don’t know which is worse--to be only known as the chubby mom, or to be recognized by people from my long-ago life accompanied by a thought like “Hey, didn’t that girl used to be small and cute? What happened?”
I get myself all worked up for nothing, I realize. Do I consider the appearance of my friends? No. These harsh judgements I reserve for myself alone. Honestly, I know that few people even really care a whit about how I look. Oh the vanity.
If one were to look at that photo of me with the goat, to follow the just edges of my clothing--the very points where they meet the sky--one might make a dot-to-dot picture that captures the general shape I fill. It is not a shape I recognize. It is not a shape I claim as my own, obviously.
But like the maple on the hill on North Road, there is something in my outlined and foreign shape, something hidden, something special waiting to be seen. There is more to me than what I must appear to be on the outside.
I am in that in-between time of fat and fit. I am embracing the ambiguity as much as I can, feeling the dissonance of feeling healthy but looking heavy. In equal parts I hate and love this sensation of being in flux. I hate this time, knowing my new feelings are hidden. And I love this time, feeling silently willful, knowing that I can make the changes happen, regardless of how I’m perceived or not. It’s as though I have a secret engagement--one to myself--an engagement that only I and a few people know about. I’ll reveal this new relationship with myself eventually, I know, and I will celebrate.
There’s one tree especially that I keep noticing for some reason. It draws me toward it every time I pass by it on the road leading northward to our street. It’s an ordinary tree, and I have no cause to notice it. It’s not standing alone, nor is it outwardly unique. It’s just a wide-spreading maple at the top of a small hill near the road. Regardless, something about it has caught my eye repeatedly for well over a week now.
There’s a hayfield next to the tree, and a long greystone wall that holds back the farm beyond and follows the road for miles. So maybe the open space that precedes the tree brings attention to this maple. But there are other maples next to it, behind it, across the street. It is only this maple, with its wide branches, that has captured my thoughts enough to notice it each day, to have it enter one of the bedtime stories I spin for my daughters, to write about it now.
Today I drove past the maple again, and as I approached, it dawned on me that perhaps it’s not the tree itself, but the overall outline of the tree’s shape that interests me. I slowed down and saw the tree in a new way. If one were to follow the top of the tree’s branches--the very points where they meet the sky--one might make a line drawing very much like a dot-to-dot picture that children do in coloring books. This morning I noticed that outline, and I noticed also that it was almost a perfect half circle. That must have some meaning for me. It felt right to recognize it. It was beautiful, round, welcoming--a sheltering arc rising above the field and road.
It took a second look to see it. But something in me must have noticed it right away, and kept calling my attention until I really saw the tree.
Last year I celebrated my 10th anniversary of learning to draw. That sounds too self- congratulatory, so I’ll be more precise. The series of classes I took in 1999 were technically drawing classes, but I wouldn’t say that’s what I found so life-changing about them. Even now I’m not particularly good at sketching, but I absolutely love to do it. There was something life changing, though, in those lessons. I learned to see.
Learning to see? Talk about self-congratulatory. Honestly, though, the world did change for me visually. Everyday things, things that I had lived with or walked past for my entire life--these things suddenly changed. Objects like teapots or screwdrivers, chairs, paving stones, an apple peeler, a pear, a tree--these all shifted from their ordinary selves into lines, and shape, shadows alternating with light. The world undulated with color, and and individual colors broke into strange and exciting combinations. I was practically dizzy with letting my mind re-vise them.
My new perspective distracted and thrilled me for months--I learned all of this while we were living overseas, and it simply added to the exciting, exotic feeling I had of living so far away from home. When we returned to the US, I retained a great deal of my giddiness about “seeing,” but I fell back into a routine and just enough of the magic faded so I could about my life without reeling every time I noticed the color of a glass of milk or the curve of a teacup handle.
In the past few years, I’ve learned a little bit more about how to “see” through a camera’s lens, to recapture an element of what I am noticing in a moment. It’s far from perfect, and I’m not a photographer by any stretch, but some of my photos are good enough for me to enjoy later, and that seems enough for me.
There is a difference to seeing and being seen, and I while I might often have a camera to my eye, I am seldom in front of one. It’s my dread to be tagged in a Facebook photo. I skulk out of view when I see someone swinging a camera around, readying a shot.
I have a disconnect between what I see in the outside world and how I see myself. I look in the mirror, and I think, “Not too bad. Not perfect, but not bad.” I like myself, and for the most part, I like the way I look. However, the scale and my clothing are reminders I need to lose some serious weight, and last month I finally listened. I’m on a good path, and I’ve dropped 6 pounds so far. Again, not bad. I’ve cut sugar from my diet, I’ve been feeling increasingly strong. Most shockingly, I’m actually enjoying working out. I put on my loose(r) pants and head out of the house knowing all of this, wearing my confidence like a must-have accessory.
Last week we visited a goat farm, not too far down the road past the maple tree, in fact. I brought our camera, and got some great pictures of Esme running after (and with) the baby goats. She captured a few for hugs, and so did I. My husband took a photo of me, laughing as I cuddled a soft brown and white kid. I felt a twinge of self-consciousness, then let it go.
I downloaded the photos later that night and discovered, to my disgust, that I still don’t recognize myself.
As fantastic and confident as I might feel, the camera (and everyone else, I presume) sees something different. In fact, people who have known me for only the past 5 years have no other template for Kirie. I’m just that same old chubby mom they see in town (I cringe as I type). I don’t know which is worse--to be only known as the chubby mom, or to be recognized by people from my long-ago life accompanied by a thought like “Hey, didn’t that girl used to be small and cute? What happened?”
I get myself all worked up for nothing, I realize. Do I consider the appearance of my friends? No. These harsh judgements I reserve for myself alone. Honestly, I know that few people even really care a whit about how I look. Oh the vanity.
If one were to look at that photo of me with the goat, to follow the just edges of my clothing--the very points where they meet the sky--one might make a dot-to-dot picture that captures the general shape I fill. It is not a shape I recognize. It is not a shape I claim as my own, obviously.
But like the maple on the hill on North Road, there is something in my outlined and foreign shape, something hidden, something special waiting to be seen. There is more to me than what I must appear to be on the outside.
I am in that in-between time of fat and fit. I am embracing the ambiguity as much as I can, feeling the dissonance of feeling healthy but looking heavy. In equal parts I hate and love this sensation of being in flux. I hate this time, knowing my new feelings are hidden. And I love this time, feeling silently willful, knowing that I can make the changes happen, regardless of how I’m perceived or not. It’s as though I have a secret engagement--one to myself--an engagement that only I and a few people know about. I’ll reveal this new relationship with myself eventually, I know, and I will celebrate.
Extraordinary Measures
It being "earth week", I shall answer a question posted to our blog quite awhile ago: What can you honestly say you are doing to help the earth?" Or something to that effect. I have pondered on this. This is what I have come up with. I swear I am not making any of these up.
1. I helped plant a tree in my backyard.
2. We throw our fruit and veggie hides and carcasses as "compost" for our struggling "garden".
3. I put a stop to my husband and children "feeding" the pigeons sand. (I must admit I am guilty of thinking it funny to see all those cute pigeons come running for their "food." But I didn't let it last longer than five minutes....)
4. I use biodegradable tampons. All you who use plastic ones should think twice about what you are doing. All you men......get off easy.
5. I try to keep the lights off as much as possible because I am cheap, but I will count it in my list because it so conveniently fits in.
6. We keep our empty freezer unplugged, except on special occasions.
7. I buy almost all of our clothes second-hand. Not only am I recycling, I'm getting highly-fashionable, very-sturdy, name-brand clothing for much less!
9. I taught two nine year old boys about recycling. Actually I taught one boy, I don't think the other one was paying too much attention.
1. I helped plant a tree in my backyard.
2. We throw our fruit and veggie hides and carcasses as "compost" for our struggling "garden".
3. I put a stop to my husband and children "feeding" the pigeons sand. (I must admit I am guilty of thinking it funny to see all those cute pigeons come running for their "food." But I didn't let it last longer than five minutes....)
4. I use biodegradable tampons. All you who use plastic ones should think twice about what you are doing. All you men......get off easy.
5. I try to keep the lights off as much as possible because I am cheap, but I will count it in my list because it so conveniently fits in.
6. We keep our empty freezer unplugged, except on special occasions.
7. I buy almost all of our clothes second-hand. Not only am I recycling, I'm getting highly-fashionable, very-sturdy, name-brand clothing for much less!
9. I taught two nine year old boys about recycling. Actually I taught one boy, I don't think the other one was paying too much attention.
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